miércoles, 3 de junio de 2015

FORRAS DEL ORTO

El siguiente texto pertenece a Juan Solá y fué censurado por Facebook por no atenerse a normas poco coherentes:


"Forra del orto" pensé cuando la piba que iba de pié frente a mi en el subte se corrió de lugar al notar que me había parado atrás de ella. "Forra del orto" pensé cuando la mina cruizó la calle al verme venir en la oscuridad la otra noche. "Forra del orto" murmuré cuando la flaca se negó de mala manera a que la ayudara bajar del bondi lleno, aún cuando yo se lo había ofrecido con toda la amabilidad del mundo.

Forras del orto, perdónenme.Yo no quise ser hombre, salí así. Forras del orto Perdónennos a todos. Perdónennos por ese miedo que les aparece cada vez que salen a la calle y se cruzan con un hombre, como yo, que las apoyan en el subte, o que las agreden verbalmente en una cortada vacía, o que les tocan el culo en el bondi.

Por favor, no me tengan miedo. Yo no les quiero tocar el culo ni decirles guarangadas.

Pero cómo podrían confiar en un extraño, claro, si todos los días las manosean sus tíos y las violan sus padrastros. ¿Cómo no tenerle miedo a un extraño, si todos los días las matan sus novios? ¿Cómo no mandar a la puta que lo parió a un desconocido que se para a sus espaldas, si todos los días sus maridos las cagan a piñas de frente? ¿Cómo no tenerle miedo a un extraño que las ayuda a bajar del bondi, si todos los días las chorean y de paso les tocan las tetas?

"Salí a marchar si sos macho. Por tu vieja, por tu hermana, por tu hija".
A mi no me van a matar por contestarle mal a mi marido, ni me van a tocar el culo cuando baje del bondi lleno, ni me van a pedir que muestre la tanguita cuando camine por una calle oscura. Yo no se qué significa vivir con eso. Yo soy hombre, uno de esos que se crió en los noventa, mirando por la tele cómo Olmedo manoseaba adolescentes, cómo Francella quería cogerse a una colegiala pero le daba culpa porque era menor de edad, y eso nos hacía reir a todos, y lo festejábamos. Yo me crié con un Sofovich que trataba de pelotudas a sus secretarias y con un Rial que le decía a Beatriz Salomón que el problema no era la infidelidad, sino que el marido la haya cagado con un travesti. Porque eso es de puto. El macho, bien macho, te caga con otra mina, por supuesto.

A mi me hicieron creer que mi mamá iba a ser mucho más feliz si le compraba una multiprocesadora Ultracomb modernísima y que mi hermana tenía que hacer una fiesta de quince con un vestido enorme, porque eso hacen las mujeres. Por suerte nada de eso funcionó. A mi vieja no le gustan los electrodomésticos, le gustan los libros. A mi hermana no le gustan los vestidos, le gustan las camisas. Y a mi no me gusta que me tengan miedo por ser varón. Ni en el subte, ni en la calle oscura, ni en un bondi lleno. No lo voy a tolerar.

A lo mejor te parezca que todo este asunto feminista que te tiene las bolas llenas no tiene nada que ver con vos. Porque, viste cómo son las minas Campeón, son unas histéricas de mierda, incapaces de quedarse en casa, como corresponde a maquillarse los ojos morados. Porque, algo habrán hecho para que les peguemos. Hay que ver qué tan larga era la pollera de la putita que violaron la otra siesta, y cuantas noches a la semana salía a bailar la zorrita esa que el novio cagó a trompadas. Siento contradecirte, amigo, pero esto también tiene que ver con vos.

Salí a marchar, si sos macho. Por tu vieja, por tu hermana, por tu hija. Salí a marchar, si sos macho, para que las pibas no tengan más miedo si las cruzas en la noche por una calle vacía. Salí a pelear, si sos macho. Ayudá a cambiar la historia, si sos macho. Sé un San Martín moderno si sos macho. Que si la libertad no es para todos, entonces no alcanza. Que si la libertad no es para todos, no es libertad, es marketing.

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